domingo, 9 de octubre de 2011

Siete vidas menos seis


Que todos necesitamos seguridades y certezas no es nada nuevo, es tan viejo como las ganas de rascarse...Que todos tenemos un ideal de vida, y que raramente se cumple, también es cierto, y luchar contra eso es como pretender que el mundo gire a la inversa...
Parte de nuestra vida viene dada por nuestras decisiones y otra parte por las oportunidades que ésta nos brinda...Saber escoger a tiempo y en todo momento es toda un virtud, porque en dichos momentos influyen y confluyen tantísimos elementos que es como jugar a la lotería, donde las probabilidades de acertar son mínimas.
Todos somos un cúmulo de vivencias y carga genética... y por supuesto miedos y temores de ambas... Hay gente que vive su vida como si fuera un gato y se da el lujo y la licencia de desperdiciarla como si tuviera la oportunidad de vivir las otras seis... Y hay gente que tiene claro clarinete que esta vida es sólo una y que hay que vivirla a tope, o por lo menos lo más aproximado a nuestros ideales...Jodido es querer/poder encontrar el equilibrio...Lo mismo que ocurre en las relaciones, ocurre en el mundo laboral...gente con talento que lleva toda la vida en el mismo cutrecurro de siempre el cual detesta y que no se da la oportunidad de desarrollar otras facetas...Lo mismo pasa al revés, gente con el intelecto limitado y con muchas ganas de volar y que son incapaces de ver el tortazo que se van a dar.

Yo lo único que tengo claro es que no se puede vivir eternamente en una situación de sinsabores...puedo tardar más o menos en tomar una resolución en cuanto a un tema, dependiendo de cuánto haya en juego, pero no me eternizo, sé que tarde o temprano, me guste más o menos, me duela aquí o allá, debo tomar las riendas de la situación, ser consciente y actuar... Lo que no funciona hay que cambiarlo... Dos veces me he casado, las dos veces sin demasiadas convicciones, pero en ambos casos zanjé la situación cuando se convirtió en agonía... Las dos veces he sufrido, he dudado, y el miedo a pasarlo mal me paralizó un tiempo... pero no me dejé llevar por la corriente de lo comodidad, porque siempre supe que el final habría una catarata de la que caería y me ahogaría...Nadé contra corriente, con el esfuerzo que eso supuso, y sin tener la certeza de que al final no me ahogaría igualmente.

Por otro lado las personas somos como somos y nada ni nadie nos hace cambiar...sólo unos cuantos "privilegiados", de los que han visto la luz al final del túnel, son capaces de hacerlo...
Pero lo normal es ir tropezando una y mil veces en la misma piedra que somos nosotros mismos...y después de una, dos o tres... quizá la rodeas, porque sabes cuánto duele el golpe...pero igual que si te impulsara una fuerza centrífuga, acabas siempre de bruces sobre la piedra...
Algunos se convierten en tristes coleccionistas... y otros más realistas, en vez cagarse en la puta piedra, saben incluso hasta reírse de sí mismos ;)


2 comentarios:

  1. Muy bien guapisima hay con un par de ovarios, si hay que vivir a tope porque estamos viviendo una vida única y no somos para siempre...

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  2. Hay que vivir la vida sí.... pero siempre con los pies en la tierra, no vaya a ser que por vivir la vida, luego no podamos hacerlo :-)

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