"Para implorarle que vuelva a casa, que se lleve todo lo que aquí dejo.
Necesito hacerlo porque si no me volveré loca. Nuestras sábanas huelen a él, da
igual cuánto las lave. Cuando limpio de vaho el espejo del baño, allí está,
abrazándome por la espalda mientras me besa el cuello. Cada vez que me tumbo en
el sofá sus manos masajean mis pies hasta mis muslos. Y en la cocina, se oye su
risa mientras huele a café recién hecho. Necesito que alguien despeje esta casa,
mamá por favor…”
El teléfono
me despierta …alguien desde el otro lado dice que Eduardo ha sufrido un
accidente.
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